CLEVELAND, Ohio, EE.UU. (AP) — Un hispano que mantuvo secuestradas a tres mujeres en su casa en Cleveland, sometiéndolas a violaciones y palizas durante una década, se declaró el viernes culpable para evitar la pena de muerte.
Ariel Castro, un puertorriqueño de 53 años, dijo a un juez que era adicto a la pornografía, que padecía un “problema sexual” y que él mismo había sido víctima de abuso sexual hace mucho tiempo.
A cambio, los fiscales recomendaron que Castro sea condenado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional, más 1.000 años de prisión. La sentencia está programada para el jueves.
Castrodijo que comprendía que nunca saldría de la cárcel, e indicó que esperaba que le dieran “con todo” cuando fuera sentenciado. Posteriormente agregó que “lo supe desde que hablé por primera vez con el agente del FBI cuando fui detenido”.
Castro es acusado de confinar repetidamente a Amanda Berry, Gina Dejesus y Michelle Knight, en ocasiones encadenándolas a un poste en un sótano, a un calentador en un dormitorio o en el interior de una camioneta tipo van. Los cargos señalan que una de las mujeres intentó escapar y él la agredió apretando su cuello con el cable de una aspiradora.
Usando anteojos en la corte por primera vez, Castro se vio más interactivo que en audiencias previas, en las que mantenía su cabeza agachada y sus ojos cerrados. Durante la audiencia del viernes, respondió las preguntas del juez con tono claro y comprensible.
“Mi adicción a la pornografía y mi problema sexual realmente han cobrado precio a mi razón”, dijo.
Berry, Dejesus y Knight desaparecieron de manera separada entre 2002 y 2004, cuando tenían 14, 16 y 20 años, respectivamente. Todas dijeron que habían aceptado que Castro las llevara en su auto. Castro permaneció como amigo de la familia de Dejesus e incluso asistió a las vigilias en los años que se conmemoraba la desaparición de la adolescente.
Berry tiene una hija de seis años que procreó con Castro, de acuerdo con las autoridades.
En un video difundido la semana pasada en YouTube, las mujeres agradecieron a las personas que donaron dinero a un fondo creado para su beneficio. Salvo esto, han intentado mantenerse fuera de la vista pública y solicitaron que se les respete su privacidad.