NUEVA YORK (AP) — Maya Angelou estaba satisfecha, pero no sorprendida, por su extraordinaria fortuna.
“No soy modesta”, dijo a The Associated Press en el 2013. “La modestia es un comportamiento aprendido. Pero sí rezo por humildad, porque la humildad sale de adentro”.
Su historia asombró a millones. La joven madre soltera que se ganaba la vida en clubes de estriptís luego cantó y bailó en escenarios alrededor del mundo. La mujer negra nacida en pobreza luego escribió y recitó el poema de juramentación presidencial más difundido de la historia. La niña víctima de violación a quien la vergüenza obligó a callar con el tiempo contó su historia a través de uno de los libros de memorias más leídos en las últimas décadas en Estados Unidos.
Angelou, una mujer renacentista y pionera cultural, falleció, dijo la Universidad de Wake Forest en un comunicado el miércoles. Tenía 86 años. Había trabajado como profesora de estudios estadounidenses en la escuela desde 1982. Esta semana tenía previsto asistir a una ceremonia de premios, pero canceló hace unos días citando una dolencia no especificada.
Alta y elegante, con una voz profunda y majestuosa, era inolvidable a la vista, el oído y la lectura. Fue actriz, cantante y bailarina en las décadas de 1950 y 1960 y debutó como autora en 1970 con “Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado”, que se convirtió en lectura habitual (y a veces censurada) y que llevó a Angelou a ser una de las primeras mujeres negras en disfrutar de un gran éxito comercial. “El pájaro enjaulado” fue el inicio de una autobiografía de varias partes que continuó por décadas y capturó una vida de gran oscuridad y fama victoriosa.
El mundo la vio en 1993 leer su cautelosamente esperanzador “On the Pulse of the Morning” (“En el pulso de la mañana”) en la primera inauguración presidencial de Bill Clinton. Su aplomo encantó a Clinton e hizo del poema un best-seller aunque no un favorito de la crítica. Para el presidente George W. Bush leyó otro poema, “Amazing Peace”, en la ceremonia del encendido del árbol de Navidad en la Casa Blanca en el 2005. Los mandatarios la honraron en retribución con una Medalla Nacional de las Artes y la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo reconocimiento civil de la nación. En el 2013, recibió un Premio Nacional honorario de literatura.
Se autoproclamaba una poeta enamorada del “sonido de la lengua”, de “la música en la lengua”, como le explicó a la AP en el 2013. Pero vivió tantas vidas. Fue una maravilla para Toni Morrison, a quien sorprendió su poca inhibición y su disposición para celebrar sus propios logros. Fue una mentora para Oprah Winfrey, de quien se hizo amiga cuando ésta era una reportera de televisión local, y a menudo apareció en su programa de tertulia. Dominó varios idiomas y publicó no sólo poesía, sino libros de consejos, cocina y cuentos para niños. Escribió música, obras teatrales y guiones de cine, recibió una nominación al premio Emmy por su actuación en “Roots”, y nunca perdió su pasión por la danza, el arte que consideraba más cercano a la poesía.
“La línea del bailarín: si miras a Baryshnikov y ves esa línea, eso es lo que busca la poesía. El poeta busca la línea, el equilibrio”, dijo a la AP en el 2008, poco antes de cumplir 80 años.
Su mismo nombre de adulta fue una reinvención. Angelou nació como Marguerite Johnson en San Luis y creció en Stamps, Arkansas, y San Francisco, entre las casas de sus padres y su abuela. Era inteligente y fresca al punto del peligro; su familia la despachó a California tras hablarle descaradamente al encargado blanco de una tienda en Arkansas. Otras veces no habló: a los 7 años fue violada por el novio de su madre y no pronunció palabra por años. Aprendió a leer, y a escuchar.
“Me encantaba la poesía que se cantaba en las iglesias de los negros”, dijo a la AP. “Me parecía el modo más maravilloso de hablar … Y entonces empecé a leer, a leer de verdad, como a los 7 años y medio, porque una mujer de mi pueblo me llevó a la biblioteca de una escuela para negros … Y me leí todos los libros, aun si no los entendía”.
A los 9 años ya escribía poesía. A los 17 era madre soltera. De veinteañera bailó en un bar nudista, operó un prostíbulo, se casó y luego se divorció. A los veintitantos estaba actuando en el Purple Onion de San Francisco, donde compartió escenario con otro futuro astro, Phyllis Diller. También pasó unos días con Billie Holiday, quien llegó a cantarle una canción de cuna a su hijo y pronosticar que iba a ser famosa, “pero no será por cantar”.
Tras adoptar el nombre artístico de Maya Angelou (“Maya” era un apodo de la infancia, “Angelou” una variación del nombre de su marido), salió de gira con “Porgy and Bess” y “Los negros” de Jean Genet y bailó con Alvin Ailey. Trabajó como coordinadora del Consejo Sureño de Liderazgo Cristiano, y vivió por años en Egipto y Ghana, donde conoció a su gran amigo Nelson Mandela; y a Malcolm X, con quien mantuvo una amistad hasta el asesinato de éste en 1965. Tres años después, estaba ayudando a Martin Luther King a organizar la Campaña de la Gente Pobre en Memphis, Tenesí, donde el líder de los derechos civiles fue asesinado en el 40 cumpleaños de Angelou.
“Cada año, en esa fecha, Coretta y yo nos enviamos flores”, dijo Angelou de la viuda de King, Coretta Scott King, quien murió en el 2006.
Angelou era poco conocida afuera de la comunidad teatral hasta “Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado”, que no habría ocurrido si James Baldwin no hubiera convencido a Angelou, quien aún lloraba la muerte de King, de que asistiera a una fiesta en la casa de Jules Feiffer. Feiffer quedó tan impresionado con ella que se la mencionó al editor de Random House Bob Loomis, quien la desafió a que escribiera un libro diciéndole que era “casi imposible escribir autobiografías como literatura”.
“Bueno, quizás lo intente”, le respondió Angelou. “No sé cómo resulte, pero puedo intentarlo”.
El libro de memorias de Angelou fue en ocasiones criticado, por razones al parecer opuestas. En un ensayo publicado en 1999 por Harper’s, el autor Francine Prose calificó “El pájaro enjaulado” como un melodrama “manipulador”. Entretanto, los pasajes de Angelou sobre su violación y su embarazo adolescente lo han hecho un perenne en la lista de la Asociación de Bibliotecas Estadounidenses de obras que atraen quejas de padres y educadores.
“Pensé que era un libro leve. No tiene profanidad”, dijo Angelou a la AP. “Habla de supervivencia, y de verdad que no hace ogros de mucha gente. Me impresionó encontrar personas que realmente querían prohibirlo, y todavía creo que la gente que está en contra del libro nunca lo ha leído”.
Angelou apareció en varios programas de TV, más notablemente en la miniseries de 1977 “Roots”. Fue nominada a un premio Tony en 1973 por su actuación en la obra “Look Away” en Broadway. Dirigió la película “Down in the Delta”, sobre una mujer arruinada por las drogas que regresa a la casa de sus ancestros en el Delta del Misisipi. También ganó tres Grammy por álbumes narrados.
En los 60, Malcolm X le escribió a Angelou elogiando su capacidad para comunicarse de manera tan directa, con los “pies firmemente sobre la tierra”. En el 2002, Angelou se comunicó de un modo inesperado cuando lanzó una línea de tarjetas de felicitación con el gigante de la industria Hallmark. Angelou admitió que le había sido algo indiferente a la idea, hasta que habló con Loomis, su editor en Random House.
“Le dije, ‘Estoy pensando hacer algo con Hallmark”’, recordó. “Y él dijo, ‘Eres la poeta del pueblo, no querrás trivializarte’. Así que le dije ‘OK’ y colgué. Y entonces lo pensé. Y pensé que, si soy la poeta del pueblo, entonces debo estar en las manos del pueblo, y de sus corazones, espero. Pensé, ‘Hmm, lo haré”’.
En Carolina del Norte, Angelou vivía en una casa de 18 habitaciones y daba clases de estudios americanos en la Universidad de Wake Forest. También fue miembro del consejo directivo de Bennett College, una universidad privada para mujeres negras en Greensboro. Tenía un programa de radio semanal en el canal “Oprah & Friends” de XM.
Se mantuvo lo suficientemente cercana a los Clinton como para apoyar en 2008 la candidatura de Hillary Rodham Clinton por encima de la de quien terminó siendo el primer presidente negro de Estados Unidos, Barack Obama. Pero unos días antes de la juramentación, expresó su alegría. Lo vería por televisión, “entre llorando y rezando y agradecida y riendo”, dijo al Arkansas Democrat-Gazette.
Como una conferencista activa, Angelou dio discursos en ceremonias de graduación y eventos académicos y corporativos. Recibió decenas de títulos honorarios y hoy varias escuelas primarias llevan su nombre. Poco antes de cumplir 80 años, decidió estudiar en la iglesia Unity con sede en Misuri, que promueve la sanación a través de la oración.
“Estaba en Miami y a mi hijo (Guy Johnson) lo estaban operando de la columna por 10ma vez. Me sentía agotada por el trabajo que estaba realizando y por lo que la gente esperaba de mí”, dijo Angelou, quien entonces recordó un servicio de la iglesia Unity al que asistió en Miami.
“El predicador, un joven negro en una iglesia de mayoría blanca, salió y dijo, ‘Sólo tengo una pregunta: “¿por qué han decidido limitar a Dios?’. Y pensé, ‘Eso es exactamente lo que he estado haciendo”’, continuó. “Entonces me pidió a mí que hablara, y me paré y dije, ‘Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias’. Y lo dije unas 50 veces, hasta que la audiencia comenzó a decirlo conmigo, ‘Gracias, ¡GRACIAS!”’.
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El corresponsal de AP Michael Biesecker contribuyó a este despacho desde Raleigh, Carolina del Norte.