DETROIT, Michigan, EE.UU. (AP) — Elmore Leonard, el aclamado escritor de novelas policiacas cuyos éxitos literarios narraron las muertes de matones y estafadores e inspiraron películas y series de televisión, falleció el martes por la mañana. Tenía 87 años.
Cada novela que Leonard escribió desde mediados de la década de 1980 fue en un éxito de ventas y cada seguidor de relatos de crímenes sabía su nombre. George Clooney era uno de sus admiradores. También Quentin Tarantino, Aerosmith, Saul Bellow y Stephen King, por no hablar de camareros, botones, empleados contables y millones de otros.
Leonard, galardonado en 2012 con un Premio Nacional de Literatura honorario, murió en su casa en Bloomfield Township, un suburbio de Detroit, por complicaciones de un derrame cerebral que sufrió hace unas semanas, dijo su investigador, Gregg Sutter. Estaba acompañado por familiares al momento de su deceso, añadió Sutter.
Sus millones de seguidores, desde botones hasta Saul Bellow, hicieron de todos sus libros éxitos literarios, desde “Glitz” (1985). Cuando acudieron en masa a ver a John Travolta en la versión cinematográfica de “Get Shorty” en 1995, el autor se convirtió en favorito de los directores de moda de Hollywood, que también llevaron a la gran pantalla títulos como “Out of Sight” y “Be Cool”. Los críticos de literatura, que tienden a desestimar las novelas policiacas como mero entretenimiento, compitieron por adjetivos para elogiarlo.
Sus más de 40 novelas fueron pobladas por maquinadores patéticos, estafadores ingeniosos y asesinos casuales. Cada uno era caracterizado por una ambivalencia moral sobre el crimen, humor negro y descripciones retorcidamente agudas de la naturaleza humana: los sueños codiciosos de Armand Degas en “Killshot”, el fresco y ocurrente Chili Palmer en “Get Shorty”, la codicia de notoriedad de Jack Belmont en “The Hot Kid”.
“Cuando algo suena como para escribirlo, lo reescribo”, solía decir Leonard, y a los críticos les encantaba su impecable estilo coloquial. La autora Ann Arensberg escribió en una reseña para el New York Times: “No sabía que era posible ser tan bueno como Elmore Leonard”.
Leonard pasó la mayor parte de su infancia en Detroit, donde transcurren muchas de sus novelas. Otras historias las ubicó en Miami, cerca de su casa de vacaciones en North Palm Beach, Florida.
Algo notable del talento de Leonard es el tiempo que le tomó al mundo reconocerlo. No tuvo un éxito de ventas hasta cumplir los 60 años y pocos críticos lo tomaron en serio antes de la década de 1990.
En las décadas de 1950 y 1960 tuvo algunos éxitos menores con cuentos y novelas de vaqueros, un par de los cuales se llevaron al cine, pero cuando el interés por los westerns decayó, comenzó a escribir guiones para películas educativas y laborales mientras probaba meterle mano a otro género: las novelas policíacas.
La primera, “The Big Bounce”, fue rechazada 84 veces antes de que se publicara en rústica en 1969. Hollywood lo llamó de nuevo, pagó 50.000 dólares por los derechos e hizo una película protagonizada por Ryan O’Neal que hasta Leonard calificó de “terrible”.
A esa le siguieron otras varias, mejor escritas, que incluyeron “Swag” (1976). Leonard ya estaba siguiendo el consejo que luego le daría a los jóvenes escritores: “Traten de dejar fuera las partes que la gente se salta”.
En 1978, le encargaron que escriba un artículo sobre el Departamento de Policía de Detroit y se pasó casi tres meses siguiendo como una sombra a oficiales de policía. A partir de “City Primeval” en 1980, sus novelas de crimen tuvieron una nueva autenticidad, con personajes extravagantes pero creíbles y diálogos frescos y argóticos. Pero las ventas se mantuvieron bajas.
Donald I. Fine, un editor de Arbor House, pensó que merecía más y le prometió apoyarlo con su departamento de publicidad. Y cumplió: en 1985 “Glitz”, una estilizada novela de venganza que transcurre en Atlantic City, se convirtió en su primer éxito literario.