LA HABANA (AP) — El reverendo Jesse Jackson reiteró el domingo su decisión de viajar a Colombia la próxima semana para ayudar en la liberación de un estadounidense rehén de las FARC, a pesar de que el presidente Juan Manuel Santos dijo que sólo autorizará la mediación de la Cruz Roja.
“Todavía decimos que vamos a viajar a Colombia en unos días para recuperar a Kevin Scott” Sutay, expresó el activista estadounidense por los derechos civiles en declaraciones a periodistas en un hotel de la capital cubana. La víspera, Jackson aceptó la propuesta de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia de mediar en la liberación del ex soldado Scott.
El reverendo tuvo un breve encuentro con Iván Márquez, Pablo Catatumbo y Ricardo Téllez, algunos de los representantes de las FARC que se encuentran en La Habana, donde sostienen un diálogo de paz con el gobierno de Santos en busca de una solución al conflicto armado en ese país.
Más tarde, las FARC insistieron en un comunicado publicado en Twitter en “confiar al reverendo Jackson el retorno sano y salvo de Scott” a Estados Unidos.
En la nota firmada desde las montañas de Colombia y fechada el domingo, los rebeldes instan a Santos a dar el visto bueno para iniciar cuanto antes el operativo junto a la Cruz Roja.
Santos dijo en Twitter la víspera que solamente la Cruz Roja será autorizada para facilitar la entrega de Scott.
“No permitiremos espectáculo mediático”, enfatizó.
Jackson consideró que Santos tiene “buena voluntad” y busca evitar dicho espectáculo, por lo cual reiteró que cuando llegue a Colombia está dispuesto a hablar con el mandatario para aclararle cualquier duda que tenga sobre esta liberación.
Por su parte, la Cruz Roja prefirió apartarse de la polémica sobre la definición de quiénes integrarán la comisión humanitaria que participaría en la eventual liberación del ex militar.
“Estamos dispuestos para iniciar las labores de logística, pero apenas las partes se pongan de acuerdo sobre los detalles de la liberación”, señaló Erika Tovar, vocera del Comité en Colombia, en diálogo telefónico con la AP.
Las FARC detuvieron a Scott en junio en el municipio de El Retorno, unos 290 kilómetros (180 millas) al sureste de Bogotá. El grupo guerrillero pidió el sábado la mediación de Jackson y de Carlos Lozano Guillén, director del semanario Voz del Partido Comunista Colombiano, para proceder a la liberación.
Márquez ratificó en Twitter el domingo que la liberación de Scott es una decisión unilateral de las FARC que responde estrictamente a consideraciones humanitarias.
En un comunicado divulgado el sábado, el grupo rebelde manifestó que no ha exigido nada a cambio de este gesto, el cual sólo tiene el propósito de contribuir a un “medio ambiente positivo” para la paz de Colombia.
Jackson llegó a Cuba el viernes para reunirse con líderes religiosos, su tercera visita a la isla luego de que en las anteriores tuviera oportunidad de entrevistarse con los líderes Fidel y Raúl Castro. En 1984 ayudó a negociar la liberación de 26 presos cubanos, que en su mayoría se exiliaron.
Con relación al caso de Alan Gross, subcontratista del gobierno federal de Estados Unidos que cumple 15 años de prisión en la isla, el reverendo manifestó que “nadie puede venir a Cuba y no ser afectado” por su situación. No precisó el domingo si lo había podido visitar.
Gross, de 64 años, fue arrestado en diciembre de 2009 cuando las autoridades lo sorprendieron importando equipos de comunicaciones de uso restringido. El subcontratista dijo que se dedicaba a establecer redes de internet para grupos judíos en la isla, pero un tribunal lo declaró culpable de delitos contra la seguridad del Estado y lo envió a la cárcel.
El caso echó un balde de agua fría sobre las relaciones entre los dos países, aunque este año ha habido señales de algún acercamiento.
Para Jackson, los motivos por los que Cuba y Estados Unidos no tienen relaciones desde hace más de 50 años, y por los que Washington mantiene un embargo contra La Habana, ya no tienen razón de ser.
“Son 60 años de viejos argumentos que ya no son válidos”, afirmó. “Es momento de romper el hielo”.
“Si Alemania Occidental y Oriental se unieron, si en Sudáfrica blancos y negros están juntos, si Alemania e Israel tienen relaciones diplomáticas y si el presidente (estadounidense) Barack Obama puede conversar con el presidente de Irán, yo creo que también Barack Obama y Raúl Castro pueden conversar”, agregó. “Espero que eso suceda”.
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Camilo Hernández contribuyó a este despacho desde Bogotá