NUEVA YORK (AP) — El primer ensayo de Fantasia Barrino para su próximo espectáculo en Broadway fue, para ser justos, un poco duro.
Tan pronto como la ganadora de “American Idol” abrió la boca para cantar “I Can’t Give You Anything but Love”, Wynton Marsalis la detuvo.
“Eso estuvo muy bien”, le dijo el laureado músico. “Ahora quiero que te concentres y lo vuelvas a hacer. Déjate llevar por tus instintos”.
Ambos se preparan para “After Midnight”, un musical que celebra los años de Duke Ellington en el famoso club nocturno Cotton Club. Fantasia será la estrella; Marsalis el director musical.
Ese día — en su primer encuentro para el show frente a un piano en un estudio del club Jazz at Lincoln Center — sus papeles fueron diferentes. Él era el profesor y ella la estudiante entusiasmada.
Le enseñó que Billie Holiday a menudo cantaba usando tresillos de cuarto de nota, que uno por lo general puede detectar ritmos africanos en la mayoría de los temas de blues, y que para cantar un scat (un estilo de jazz) correctamente hay que estudiar al menos por dos años.
“Tienes que oír a Dinah Washington”, le dijo el trompetista y compositor a su alumna de 29 años.
Washington, agregó, tenía una voz enfática que parecía decir siempre la verdad. “Tú tienes esa misma cualidad”, le dijo. “Cuando la escuches, te darás cuenta”.
“¿Algún disco que pueda escuchar?”, le preguntó Fantasia.
“Sí, te daremos toda una lista”.
Por un momento, Marsalis hizo a un lado al pianista frente al Steinway para ofrecerle a Fantasia su propia media docena de interpretaciones de las primeras líneas de “I Can’t Give You Anything but Love”, elongando algunas sílabas, quebrando otras.
“¿Ves lo que quiero decir sobre variar tu fraseo?”, le preguntó.
Después de la sesión, al preguntarle qué tal aprender tanto, la cantante respondió efusivamente: “Disculpa que diga esto, pero se sintió casi como un orgasmo musical. Sentada ahí sólo pensaba, ‘¡Dios mío!”’.
Después de una hora ensayando, el dúo pasó a su segunda canción, “Stormy Weather”, popularizada por Holiday y Lena Horne. “Este es un tipo de canción muy diferente”, advirtió Marsalis. “Esta es una canción más dramática”.
Fantasia, que ganó “American Idol” en el 2004 y ha grabado cuatro álbumes que incluyen “Side Effects of You”, dejó que su voz se volviera más susurrante.
“Rain pourin’ down, blinding every hope I had”, cantó. “This pitter and patter and beating, spattering drives me mad /Love, love, love, love …”. Se fue apagando.
“Perdí el ritmo”, dijo con tristeza.
“Pero me encanta como dijiste ‘love’ (amor). Me hiciste creer algo sobre el amor”, dijo el maestro, haciéndola sonreír.
En un momento durante la sesión, la estudiante pareció querer sacarse algo del pecho. “¿Puedo decirte algo de mí?”, preguntó avergonzada. “No leo música”.
Marsalis sonrió. ¿Acaso pensó que el famoso ícono mundial de la música ganador de múltiples Grammy y un Pulitzer no lo había notado?
“Lo sé. No estás viendo la música cuando cantas”, dijo, y rió.
Pero Marsalis on juzga — nadie lee música en Nueva Orleáns. “A mí no me importa. Yo crecí con grandes músicos que no podían leer”, le dijo. “Mi papa siempre decía, ‘Si tocas música, no necesitas leerla”’.
Marsalis podrá tener un conocimiento enciclopédico de la música pero eso no impide que se ría de sí mismo. Cuenta que a los 22 años trató de impresionar a Sarah Vaughan tocando la oscura canción de Duke Ellington “Tonight I Shall Sleep (With a Smile on My Face)”.
Cuando terminó, la gran Vaughan le dijo al joven: “Es hermoso, cariño, pero estás en el tono equivocado. Déjame enseñarte cómo es”.
En la sesión, Marsalis y Fantasia trabajan en sus estrategias —un trabajo agonizantemente lento. Cuando el musical suba el telón en el Teatro Brooks Atkinson el 18 de octubre, habrá 17 músicos en el foso y Fantasia y el coprotagonista Dule Hill y dos docenas de artistas tendrán que capturar el sonido y el glamour del Renacimiento de Harlem.
Pero este día, una sola frase de una canción recibe el mismo trato que un pasaje de la Bibla en la escuela dominical. Marsalis se detiene en una línea — “If he stays away, old rockin’ chair will get me” — y ambos discuten el significado.
“Presta atención a las letras de estas canciones. Analízalas. Las cosas no siempre son lo que parecen”, le dijo.
Dos horas después de haber comenzado, la primera sesión a mediados de agosto termina y Fantasia se va con una tarea: una lista de canciones que estudiar y varios ejercicios vocales. Alumna y maestro se abrazan al final del día. Se reunirán una y otra vez hasta que ella se aprenda a la perfección todo el material.
“Realmente quiero enorgullecerlo”, dijo la cantante al verlo partir.
No es la primera vez que se cruzan los caminos de Marsalis y Fantasia. Cuando ella tenía 22 años, cantó con Marsalis y la Jazz at Lincoln Center Orchestra como vocalista invitada para su gala de otoño de 2007. Él la recordó como una mujer con aplomo y talento.
“La recuerdo. Era graciosa y tran joven”, dijo después del ensayo.
De su reto actual, habló con optimismo: “Va a estar lista. Ya es tanto lo que puede hacer a un nivel muy alto. Ha sobrevivido en un negocio muy difícil. Así que a una persona de su nivel, sólo hay que ponerlos en la dirección correcta. Lo va a lograr”.