PHOENIX (AP) — El ex militar de la marina Ken Senft había acudido en 2011 al Departamento de Asuntos de Veteranos de Guerra en busca de asistencia médica después de que se volviera muy costoso su seguro privado de salud. Pudo haber sido un error fatal, es lo que él dice ahora.
Hace algunos años, Senft, de 65 años, tenía una lesión en la cabeza. Fue a una clínica para veteranos de guerra cerca de su casa en las afueras de Phoenix, pero el doctor le dijo que podría tardar dos años para que le dieran una cita con un dermatólogo.
Así que pagó por su cuenta un doctor privado. Resultó que tenía cáncer.
“Qué tal si hubiera esperado dos años”, declaró Senft enojado. “Quizá ya habría muerto”, agregó.
La historia de Senft es conocida en momentos en que arrecian las acusaciones de que los hospitales para veteranos de guerra incurren en falta de ética y tardan en brindar atención médica.
De acuerdo con una investigación sobre el Sistema de Atención Médica para Veteranos de Guerra en Phoenix, unos 1.700 ex militares que necesitaban asistencia estaban “en peligro de perderse o quedar en el olvido” porque se les había excluido de una lista oficial de espera.
La pesquisa, enfocada inicialmente en el hospital en Phoenix, detectó problemas sistemáticos en el sistema para veteranos de guerra que es muy amplio en el país y provee anualmente atención médica a 6,5 millones de ex militares.
El severo informe de la Oficina del Inspector General de Asuntos de Veteranos, difundido el miércoles, intensificó las exigencias para la renuncia del secretario de Asuntos de Veteranos, Eric Shinseki.
Las conclusiones provisionales confirmaron las denuncias de espera excesiva para recibir atención en Phoenix, un promedio de 115 días para la primera cita para aquellos en la lista de espera.
Este tiempo es casi cinco veces mayor al que informó el sistema del hospital en Phoenix a los administradores nacionales de asuntos de veteranos.
El presidente Barack Obama considera los resultados de la investigación “sumamente perturbadores”, dijo su portavoz, Jay Carney.
“Tal como dijo el presidente la semana pasada, el Departamento de Asuntos de Veteranos de Guerra no debe esperar a que concluyan las investigaciones actuales para tomar medidas a fin de mejorar la atención médica”, dijo Carney en un comunicado.
Richard J. Griffin, el inspector general del departamento, detalló las conclusiones.
“Aunque la tarea no ha terminado, hemos confirmado que hubo demoras excesivas en el acceso a atención médica y que ello afectó la calidad del servicio en esta instalación médica”, escribió Griffin en el reporte.
Determinó que “mecanismos inapropiados para concretar citas han proliferado” en unas 1.700 instalaciones a nivel nacional, entre ellas 150 hospitales y más de 800 clínicas.
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Daly informó desde Washington. Los periodistas de The Associated Press, Lauran Neergaard, Pauline Jelinek y Donna Cassata también contribuyeron a este despacho desde Washington.