WASHINGTON (AP) — El cierre parcial del gobierno, que inicia su segunda semana, ha tenido consecuencias para la Casa Blanca, donde aproximadamente tres de cada cuatro empleados han sido enviados a sus casas sin goce de sueldo.
De los 1.701 asesores, asistentes, procesadores de datos, mayordomos, cocineros y jardineros que trabajan en la residencia presidencial en un día cualquiera, menos de 450 siguen laborando, de acuerdo con la oficina presupuestal del presidente Barack Obama. El resto está agrupado bajo una desafortunada etiqueta que ha mantenido en sus viviendas a cientos de miles de empleados federales: “no esencial”.
En una entrada al Ala Oeste, un muro que suele mostrar recortes de los periódicos del día no ha sido actualizado en más de una semana.
“El Congreso se desliza hacia el cierre gubernamental”, reza un titular atrasado en una oficina de prensa casi vacía.
Con una amplia gama de deberes oficiales que hay que cumplir a pesar del estancamiento en el Congreso, los asesores de Obama se han esforzado por mantener las cosas funcionando normalmente. Pero la gimnasia logística de operar el centro neurálgico del gobierno federal con un mínimo de personal han creado una sensación de desorden moderado en el 1600 de la Avenida Pennsylvania.
Los 90 empleados que suelen atender la residencia del presidente han sido reducidos a 15. En el Ala Oeste sólo hay un menú reducido en el comedor de trabajadores. Los botes de basura siguen siendo vaciados y se limpian los baños, pero el agitado movimiento de personal en los terrenos de la residencia presidencial se ha reducido a un zumbido silencioso.
“El impacto más evidente es la falta de voces”, dijo Josh Earnest, principal subsecretario de prensa de Obama. “No hay un montón de gente quejándose por teléfono”.
El vicepresidente Joe Biden conserva el único empleado que trabaja en su residencia en el Observatorio Naval, pero su equipo de 24 personas en la Casa Blanca ha sido recortado a la mitad.
Al igual que Obama, que suspendió el viaje a Asia que tenía planeado para esta semana, Biden también ha tenido que recortar su calendario de trabajo. Su oficina informó el martes que estaba cancelando un viaje a Nueva Jersey el viernes para promover la campaña al Senado de Cory Booker, alcalde de Newark.
La semana pasada, canceló un discurso al grupo Human Rights Campaign, defensor de los derechos de los homosexuales, y una presentación en un evento de recaudación de fondos para los candidatos demócratas a la Cámara de Representantes.
¿Desea usted hacer llegar sus ideas a Obama sobre cómo solucionar el cierre gubernamental? No se moleste en llamar. En el conmutador de la Casa Blanca contesta un mensaje pregrabado.
“Ofrecemos disculpas, pero debido a la interrupción en el flujo de los fondos federales, no podemos responder su llamada”, afirma.