SAN FRANCISCO (AP) — Preocupadas por el aumento en el robo de teléfonos celulares, las autoridades buscan ayuda de la propia industria inalámbrica.
En San Francisco, donde la mitad de los robos se relacionó con teléfonos móviles el año pasado, el fiscal de distrito George Gascon exhortó a las principales empresas del cercano Valle del Silicio, donde se asienta buena parte de la industria de alta tecnología, a crear una tecnología semejante a un interruptor que permita desactivar rápida y permanentemente los dispositivos robados, que no tendrían así valor alguno para los ladrones.
El fiscal dijo que recientemente sostuvo dos conversaciones con Apple, fabricante del popular iPhone, y ha hablado de manera informal con Google, creador de Android, el sistema operativo más popular para teléfonos multiuso en el mundo. Asimismo, quiere reunirse con ejecutivos de Samsung, el líder global del mercado de estos superteléfonos.
“Sabemos que puede desarrollarse la tecnología para prevenir esto. Se trata más de la responsabilidad social que de la ganancia económica”, dijo Gascon.
Hay mucho en juego dentro de la batalla por combatir el robo de celulares. Casi 175 millones de estos aparatos, en su mayoría dispositivos multifunciones, se han vendido en Estados Unidos durante el último año, y representan 69.000 millones de dólares en ventas, de acuerdo con IDC, una firma investigadora con sede en Massachusetts.
Y ahora, casi uno de cada tres robos en la nación involucra el hurto de un teléfono móvil, de acuerdo con la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), que coordina la integración de una esperada base de datos nacionales para rastrear los celulares cuya desaparición se ha reportado. El sistema estaría listo para el último trimestre.
La FCC trabaja también con las autoridades en México para combatir el tráfico de teléfonos móviles robados que cruzan la frontera.
El fiscal de distrito en San Francisco no es la única autoridad de una gran ciudad que busca soluciones.
En Washington, D.C., donde más de 40% de los robos en 2012 involucró teléfonos celulares, la jefe policial Cathy Lanier dijo que hacen falta nuevas leyes para ordenar que todos los proveedores de servicio inalámbrico participen en la base nacional de datos sobre teléfonos robados. Actualmente, es opcional la contribución a esa lista.
“Este es un acuerdo voluntario, y los encargados de tomar decisiones, los jefes de estas empresas, pueden emprender una transición con el tiempo y no estar en la misma posición dentro de cinco años”, dijo Lanier en un correo electrónico. “Tiene que implementarse algo para proteger a los consumidores”.
Sobre la teoría de que un teléfono inoperable es básicamente un “ladrillo” inservible, Lanier y el alcalde Vincent Gray han instado también a que los residentes cuyos dispositivos son robados llamen a sus operadores y les pidan desconectar los aparatos a distancia para impedir su reventa en el mercado negro.
En la ciudad de Nueva York, la policía ha creado un escuadrón de teléfonos multiusos y se ha asociado con Apple para rastrear los iPhone hurtados mediante el número de seguimiento del dispositivo. Por ejemplo, cuando un iPhone es robado, Apple puede reportar a la policía dónde se localiza el teléfono, incluso si se ha mudado a un operador distinto.
El índice de delitos de la ciudad se incrementó 3% el año pasado, principalmente debido a más de 15.000 casos de robo de productos relacionados con Apple, en su mayoría iPhones, dijo Paul Browne, vocero policial.
“Habríamos tenido un decremento del 1% en la delincuencia en general si descontáramos los robos de dispositivos Apple”, dijo Browne.
Añadió que la policía suele usar a sus agentes como señuelos mediante sus propios iPhone para atrapar a posibles ladrones y propinar golpes a las redes que venden estos dispositivos en el mercado negro. Aproximadamente 75% de los dispositivos robados permanece dentro de los cinco barrios de la ciudad, y algunos han sido rastreados incluso a República Dominicana.
Además, el comisionado de la policía de Nueva York ha trabajado con el senador demócrata federal Charles Schumer, la FCC y la CTIA, una agrupación de proveedores de artefactos inalámbricos, en la conformación de la base nacional de datos sobre teléfonos robados. Participan también en la iniciativa seis de las mayores empresas inalámbricas.
Daren Hayes, experto en seguridad informática, dijo que las agencias policiales, las principales compañías y la industria inalámbrica han respondido lentamente al alza en los robos de teléfonos móviles. Así, los individuos han quedado vulnerables.
“Los teléfonos multifunciones se han convertido en una extensión relevante en nuestras vidas; contienen toda nuestra información personal y los delincuentes reconocen su atractivo entre las masas”, dijo Hayes, profesor y jefe de programa de sistemas informáticos en la Universidad Pace de Nueva York. “En el ámbito profesional, hay administradores de redes corporativas que pueden controlar sus servidores empresariales desde su teléfono multiusos. Aunque esto puede ser conveniente, también puede ponerlos en riesgo y podría ser la mayor fuente de pérdida de datos en caso de robo”.
“Veríamos esto como una pesadilla potencial y emergente”, dijo Hayes.
Jamie Hastings, vicepresidenta de CTIA, consideró que la base nacional de datos sobre teléfonos robados representa un paso en la dirección acertada, y merece una oportunidad.
“El sugerir que a nuestros miembros no les importan sus consumidores es algo completamente impreciso”, dijo Hastings. “Nuestros miembros enfocan ahora sus energías en la base de datos y en conseguir la meta de arrancar en noviembre. Lo importante en esta etapa es permitir que nuestros miembros ejecuten el plan que acordaron todos los participantes”.
La base nacional de datos será similar a una contemplada por la GSMA, una agrupación de empresas inalámbricas con sede en Reino Unido. Casi 100 compañías de 43 países participan en la base internacional de datos de los teléfonos móviles robados, dijo Claire Cranton, vocera de la GSMA en Londres.
Pero Gascon dijo que una red nacional para el rastreo de teléfonos robados es insuficiente. En cambio, opinó que un interruptor para inutilizar el teléfono constituye la mejor estrategia.
En marzo, se reunió con el ejecutivo de Apple para enlace con el gobierno, Michael Foulkes, a fin de hablar sobre la creación de ese interruptor. Describió el encuentro como “decepcionante”, pero dijo que una conversación telefónica posterior con el jefe legal de Apple, Bruce Sewell, el mes pasado, derivó en planes de encuentros que incluirían la participación de personal técnico de la compañía.
Representantes de Apple no respondieron a las solicitudes de la AP para que hicieran comentarios.
“Para mí, una solución técnica es probablemente mejor que una exclusivamente penal”, dijo Gascon. “Siempre podemos promulgar más leyes, pero miren, ¿cuánto tiempo lleva procesar a alguien a expensas de los contribuyentes?”
“Si un teléfono puede volverse inoperable al deslizar un interruptor, una base de datos se volverá cuestionable”, dijo.