SAO PAULO (AP) — Los manifestantes bloquearon el jueves dos de las principales avenidas de Sao Paulo, alterando el tráfico y provocando caos entre aquellos que se dirigían a su trabajo en la amplia zona metropolitana, mientras en varias ciudades brasileñas los funcionarios se preparaban para una ola de protestas contra el gobierno, muchas de ellas dirigidas al elevado gasto para albergar la Copa del Mundo del próximo mes.
Las manifestaciones más grandes se anticipan en Sao Paulo, donde se jugará el partido inaugural del Mundial el 12 de junio, y en Río de Janeiro, que será la sede de la final en julio.
La jornada es percibida como una prueba de la capacidad del gobierno para contener las protestas de cara al evento emblemático del fútbol.
El año pasado, las protestas masivas contra el gobierno a lo largo y ancho de Brasil eclipsaron la Copa Confederaciones, un torneo de preparación para el Mundial, cuando más de un millón de personas llegaron a echarse a las calles en una sola noche.
Muchas de las manifestaciones se tornaron violentas, con choques entre los manifestantes y la policía. Al menos seis personas murieron en hechos relacionados con las protestas, la mayoría atropelladas por autos mientras los mítines atiborraban calles muy transitadas.
Los brasileños están molestos por los miles de millones de dólares gastados para organizar el Mundial. Una gran parte se invirtió en 12 estadios de fútbol, y los críticos sostienen que una tercera parte de esos escenarios se utilizarán muy poco después del gran evento. Aquellos que han salido a las calles instan al gobierno a concentrar su gasto en mejorar los deplorables sistemas de salud, educación, seguridad e infraestructura del país.
Algunas de las manifestaciones del jueves también se concentrarán en los grupos de personas sin techo que piden vivienda gratuita o de bajo costo, y por lo menos dos grandes sindicatos exigirán mejores salarios y condiciones de trabajo, en particular durante el Mundial.
El gobierno de Brasil espera que el Mundial y luego los Juegos Olímpicos del 2016 en Río pongan a Brasil en el centro de la atención mundial y exhiban los avances que el país ha hecho en la última década para mejorar su economía y sacar a decenas de millones de personas de la pobreza.