RIO DE JANEIRO (AP) — Catastrófico. Doloroso. Una humillación histórica
Esos fueron sólo algunos de los apocalípticos titulares que los periódicos brasileños utilizaron en internet para describir impresionante paliza 7-1 de la selección nacional de fútbol de Alemania en el partido de semifinales de la Copa del Mundo el martes.
Las lágrimas embadurnaban los rostros pintados de amarillo y verde de los muchos niños que vieron el partido. El entrenador brasileño Felipe Scolari enterró su cara entre las manos. Los aficionados de todo el país gemían de angustia.
En las horas posteriores a la paliza vista por cientos de millones de televidentes en todo el mundo, los brasileños tuvieron problemas para asimilar lo impensable: Brasil sufrió la peor derrota en la Copa Mundial de la historia, y sucedió en su propia casa, siendo la nación sede del torneo por primera vez en 64 años. Se hicieron añicos los sueños de un sexto campeonato.
“!No podía creer lo que estaba viendo! Era como si el juego fuese una constante repetición”, dijo Valeria Mazure, profesora jubilada de 67 años de Río, ataviada con una túnica verde, una bufanda amarilla y bebiendo una cerveza. “Me siento decepcionada, triste, pero más que nada me siento avergonzada. Resultó muy embarazoso”.
Algunos aficionados del estadio de Belo Horizonte, donde se jugó el partido, abandonaron el campo a la mitad del encuentro cuando Alemania ya lideraba con un adormecedor 5-0. Algunos rasgaron sus entradas y comentaron su decepción ante las cámaras de televisión. —pulgares hacía abajo—
“Cinco a cero es tan vergonzoso, que no vamos a permanecer por más tiempo”, dijo Ribeiro Franca. “Uno cero estaría bien, uno-uno, dos-uno, dos-dos, pero cinco a cero es lamentable para un país con una tradición futbolera como la nuestra “.
La presidenta Dilma Rousseff, que se enfrenta a elecciones en octubre, y que muchos creen podrían ser más duras por culpa de la derrota del equipo brasileño y su mala actuación, utilizó Twitter para animar a la nación.
“Al igual que muchos brasileños, estoy muy, muy triste por esta derrota”, escribió. “Me siento mal por todos nosotros. Por los aficionados y por nuestros jugadores, pero no debemos hundirnos, Brasil debe “levantarse, sacudirse el polvo y llegar a la cima.”’.
Una “foto” muy difundida en Twitter mostraba a la canciller alemana, Angela Merkel, con los brazos levantados en señal de victoria, de pie en la cima de la montaña con vistas a Río, en sustitución de la icónica estatua de Cristo.
“Analizando el juego del equipo de Brasil en partidos anteriores, pensé que había una posibilidad de que Brasil perdiera, pero nunca imaginé que podía perder tan terriblemente”, dijo Ricardo Azevedo, un fan en Río. “Siento una inmensa tristeza, pero no sólo eso, me siento molesto por el colapso que vimos en el terreno de juego. Fue como si perdieran el conocimiento”.
En Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, miles de personas se reunieron para ver el partido en el bohemio barrio de Vila Madalena, las calles tapizadas de color amarillo, verde y azul, los colores de la bandera brasileña.
Después, Samir Kelvin se aferró a un poste de la calle y gritó: “¡No me queda nada yo soy brasileña y estoy humillada. Quiero matarme” Una mujer gritó: “¡Qué vergüenza, qué vergüenza!” mientras un hombre se golpeó la cabeza contra una mesa de bar.
Con Brasil eliminado de su propio Mundial de un modo tan humillante, ” vas a ver el país más deprimido del mundo” dijo el seguidor Pablo Ramoz.
Brasil gastó miles de millones de dólares preparando el torneo, un gasto que durante el último año, provocó intensas protestas en contra de la celebración de la Copa del Mundo. Los manifestantes se quejaban del mucho dinero destinado al fútbol cuando sus servicios públicos eran tan lamentables.
Pocos creen que la sangrante derrota de Brasil desencadene nuevas protestas, pero seguro va a dejar a la nación con un mal sabor de boca. Muchos ya se habían cuestionado si eran dignos de celebrar el Mundial, un mal presagio para Rousseff ahora que ella vuelve a mirar a nuevas elecciones.
“Espero que esto pueda hacer que la gente despierte y empiece a pensar con la cabeza y no con sus emociones y que la gente traduzca la ira que está sintiendo en las urnas”, dijo Antonio Hipólito, quien trabaja en una librería en una parte rica de Río, pero vive en un barrio pobre y alejado.
“El fútbol es sólo una ilusión y tenemos que despertar a la realidad”, dijo.
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Los periodistas de Associated Press Alan Clendenning en Rio de Janeiro y Yesica Fisch en Belo Horizonte han participado en esta noticia.