Aunque el matrimonio de la estrella televisiva con el deportista Kris Humphries solo duró 72 días, sus profundas diferencias han hecho que el proceso de divorcio se extendiera más de lo previsto. El tribunal tomará una decisión definitiva sobre el futuro de la expareja el próximo mes de febrero, lo que acabará con meses de reproches y una ardua confrontación.
“Kim y Kris han demostrado en todo este tiempo que ambos son muy testarudos, y en vez de terminar rápidamente con este tedioso proceso, han preferido luchar por la victoria antes que negociar una salida aceptable para ambos”, reveló una fuente al portal HollywoodLife.com.
Una de las claves que han motivado que el caso se eternizase ha sido la petición de nulidad matrimonial del jugador de baloncesto, que alegaba que la boda formaba parte de una estrategia de fraude emprendida por la familia Kardashian.
Su rígida posición se ha encontrado con la oposición frontal de la propia Kim, que no ha tolerado que su familia se viera salpicada por el escándalo.
El prolongado proceso de divorcio ha dejado también víctimas colaterales, como el rapero Kanye West -actual pareja de Kim–, que podría estar ya harto de la situación marital en la que se encuentra su novia, ya que le impide planear proyectos de futuro a su lado.
“Lo único que quiere Kanye para Navidad es que Kim se libere de una vez por todas de ese tío. Odia estar en medio de un proceso que ha generado tanta tensión y que parece no terminar nunca. Se está volviendo loco, porque no puede planear nada hasta que Kim no obtenga los papeles del divorcio. Básicamente no puede pedirle que se case con él”, aseguró una fuente cercana a la pareja.